En el origen de la Ariel, una de las marcas inglesas más antiguas y prestigiosas, encontramos una patente, la de la rueda de radios tensados, que fue determinante en la evolución de la moto. Desde los éxitos de la «Square Four» a la crisis de los años sesenta.
A fines de la década de los veinte, un joven ingeniero londinense, Edward Turner, tuvo una brillante idea: se le ocurrió poner los cilindros dos a dos formando un cuadrado.
Turner no era del todo desconocido, y en su pequeño taller situado detrás de su casa, en Dulwich, ya estaba construyendo una moto de un solo cilindro, de 350 c.c., con árbol de levas en cabeza. Con su proyecto del square four (literalmente «cuatro en cuadro»), Turner probó fortuna en el mundo de la industria motociclista.
La máquina que salió del taller de Turner era revolucionaria: 500 C.C., árbol de levas en cabeza mandado por cadena, configuración bicilíndrica doble, con los cigueñales acoplados mediante engranajes. El movimiento se transmitía al cambio desde el extremo izquierdo del cigueñal posterior.
El prototipo era tan ligero que podía adaptarse, para las pruebas, al cuadro del modelo típico de la Ariel cuyo motor era un monocilíndrico de 250 c.c. Además, podía ponerse en marcha simplemente montándose en el sillín y empujando con los pies. No obstante, antes de que la moto hiciese su presentación en público en el Salón Olympia de Londres de 1930, los constructores decidieron adoptar un cuadro algo más sólido. Así nació la afortunada «Square Four», que en treinta años de producción fue aumentando hasta los 1 000 c.c.
La empresa motociclista que había confiado en Turner, la Ariel, podríamos decir que existía desde los tiempos de la invención de la rueda.
Esto no es una exageración; en realidad, esta gloriosa industria surgió en 1870, cuando dos técnicos innovadores, James Starley y William Hillman, patentaron la rueda de radios (es decir, con radios finos tensados) que permitió la construcción de bicicletas más ligeras.
Le dieron el nombre de Ariel (el espíritu del aire en la comedia de Shakespeare La tempestad) para subrayar la característica principal: su ligereza.
La primera salida de la Ariel en el campo de la moto fue en 1898 con la construcción de cierto número de cuadriciclos, con el motor montado detrás del eje posterior.
Hacia 1902 hicieron su aparición las primeras motocicletas propiamente dichas de la Ariel. Propulsadas por motores Kerry, eran de concepción algo más avanzada que las de la competencia, y no constituyó una gran sorpresa que la Ariel fuese escogida por el Auto Cycle Club para participar en las pruebas de preselección del equipo representante de Inglaterra en la carrera en que se disputó la Copa Internacional de 1905. El piloto fue J.S. Campbell y la Ariel, un modelo de seis caballos, se adjudicó la mejor prestación de la prueba, con una media superior a 66 km/h.
Ariel-Leader-1957
Ariel-Leader-Racer-1958
Ariel-Red-Hunter-1953