Bill Ivy (1942-1969). Little Bill
Pesaba sólo 60 kg ya ataviado con mono, casco y botas, en el límite del reglamento de su época. Bill lvy tenía la estatura perfecta para las motos de pequeña cilindrada, pero era un piloto inmensamente fuerte, de hombros anchos, lo que le permitió codearse con estrellas de la talla de Hailwood y Read en 35O y 5OO cc.
Después de ganar en la categoría reina en Brands Hatch sobre una Matchless de 500 cc, uno de sus rivales reclamó contra el "pequeño Bill" hasta que se demostro que se encontraba justo por encima del límite admitido. La legalidad de este piloto nacido en el sur de Londres estaba fuera de toda duda. Esto fue en octubre de 1965, cuando lvy compartía honores en 500 cc con Hailwood. Ambos ganaron una prueba de 500 cc y consiguieron el mismo registro de vuelta rápida pilotando las mismas Matchless G50 preparadas por Tom Kirby.
La oportunidad para dar el salto a la fama mundial le llegó pocos días más tarde cuando el piloto número uno de Yamaha, Phil Read, telefoneó desde Japón tras el accidente de su compañero de equipo, el canadiense Mike Duff, ocurrido durante los entrenamientos para el GP de Japón en Suzuka, donde se partió una pierna. Yamaha necesitaba un sustituto y cuando Read, entonces vigente Campeón del Mundo de 250 cc, sugirió el nombre de lvy, los japoneses accedieron de inmediato.
Naturalmente, Bill, quien ya había pilotado aquel año modelos de la marca en los TT de la lsla de Man y Assen sin mucho éxito, aceptó. El problema no era que la carrera se disputase tan sólo ocho días más tarde, ¡sino que no tenía pasaporte! Había viajado a Holanda con un permiso temporal de turista, pero para Japón necesitaba un pasaporte en regla.
Tras un agitado sábado, y con la ayuda de la embajada japonesa, Bill viajó a Japón día y medio después de recibir la llamada de Read. En carrera finalizó cuarto en la categoría de 125c c, el primer piloto Yamaha, y tercero en 250 cc tras la Honda de Hailwood y otro piloto Honda, Isamu Kasuya.
Estos resultados impresionaron a los japoneses y ficharon definitivamente a lvy para ocupar el lugar de Duff un mes después. Fue el comienzo de una asociación muy exitosa que duró tres temporadas, hasta que Yamaha abandonó las carreras a finales de 1968.
Cuestión política
En 1966, Bill respondió a la confianza de los japoneses con cuatro victorias en 125cc, finalizando segundo tras Luigi Taveri sobre la nueva Honda cinco cilindros. Al año siguiente dio el paso definitivo para conseguir el Campeonato del Mundo para Yamaha al vencer en ocho de los 12 GP disputados. También ganó dos pruebas de 250cc. categoría en la que hizo tercero tras Hailwood (Honda) y su compañero de equipo Read.
Pero entre bastidores se había desatado una cruenta batalla política por el poder dentro del equipo oficial Yamaha. Un cada vez más ambicioso Ivy quería ser el piloto número uno de la escuadra por delante de Read. Consiguió hacerse con el favor de los responsables de la marca, tanto que las órdenes de equipo dictaron que lvy debería conseguir el título de 250cc en 1968 y Read el menos importante de "octavo de litro".
No había duda de que aquél año, Yamaha vencería en ambas categorías porque Honda, con graves problemas financieros por el descenso de las ventas y el excesivo gasto de su departamento de desarrollo de coches de competición, se apartó de las carreras. Por supuesto, Read, quien había liderado el éxito de Yamaha y que había conseguido dos Campeonatos del Mundo de 250 cc, finalizando segundo muy cerca de Hailwood en otras dos ocasiones, tenía otra idea muy distinta.
Para añadir una mayor sensación de injusticia, Read había sido el responsable de la llegada de Ivy a Yamaha. La realidad demostró que se trataba de una guerra en la que prevalecería el piloto más inteligente, dentro y fuera de la pista. Al final, Read, siempre un astuto conspirador, se impuso a su compañero de equipo tanto en la categoria de 125cc como en 250cc.
Todo este asunto no gustó en absoluto a Yamaha. Siguieron el camino de Honda y a finales de 1968 dejaron de presentar un equipo oficial. De este modo, no pudieron castigar la maniobra de Read. Sin moto oficial, Ivy dejó las carreras de motos y se dedicó a competir en coches con un Lotus, aunque posteriormente también accedió a pilotar las rapidísimas, pero muy frágiles, Jawa de cuatro cilindros 2T de 350 cc en los GP.
En el TT de Assen de 1969 combatió, en una admirable carrera contra el Campeón del Mundo Giacomo Agostini (MV Agusta). Los 150.000 espectadore se volvían locos en cada adelantamiento del británico frente al todopoderoso campeón italiano, hasta que la moto checa ralentizó el ritmo por una raja en un escape.
Menos de un mes más tarde, Bill lvy sufrió un fatal accidente. La Jawa gripó durante los entrenamientos para el GP de Alemania del Este en Sachsenring y él se golpeó con la cabeza en un muro que no tenía ningún tipo de protección.
Todo carácter
Ivy nació en Maidstone (Kent, G.B.), a pocos kilómetros de Londres. Medía sólo 1,60m y comenzó a trabajar como mecánico de motos. Su carrera deportiva se inició con una Itom de 50cc en 1959 y continuó con Bultaco y Yamaha con el patrocinio del padre de Barry Sheene, Frank.
Corría todos los fines de semana en los circuitos británicos y venció el campeonato nacional de 125cc sobre una Honda, además de lograr numerosos éxitos sobre una Cotton con motor Villiers de 250 cc. Esto atrajo la atención de Geoff Monty, uno de los principales mecenas del pais, quien le fichó en la temporada de 1965 para pilotar sus Triumph con motores especiales Monark. El éxito fue tan inmediato que Tom Kirby le ofreció respaldarle con sus inmaculadas AJS de 350cc y Matchless de 500cc, ambas, en realidad, motos oficiales de la cercana fábrica de AMC, de donde salían los modelos de ambas marcas. Esto dice mucho de su ambición, pero poco de su honestidad. Aceptó el ofrecimiento de correr junto con Mike Hailwood y el sudafricano Paddy Driver en carreras británicas.
Aquel año 1965 fue la primera vez que se subío a una Yamaha oficial, en el TT de la Isla de Man en 125cc, donde terminó en séptima posición. Los japoneses le ofrecieron entonces un puesto para la prueba de Assen. Allí finalizó cuarto.
Su fuerte carácter hizo que tuviera numerosos problemas a lo largo de su vida. Le encantaban los coches deportivos y el mundo de la competición estuvo a punto de perder a dos de sus grandes estrellas cuando Ivy se estrelló contra un muro de piedra cerca de Greeba en el circuito del TT, a unos 160 km/h y con Hailwood en el asiento del acompañante. El coche quedó practicamente siniestro, pero lo envió por barco a Italia para su reconstrucción. En otra ocasion, fue arrestado durante el GP de Bélgica en Spa-Francorchamps cuando se enfrentó a un policía que no le dejaba entrar en el paddock al haber perdido su acreditación.
La mala suerte hizo que Bill Ivy no se convirtiera en uno de los pilotos más laureados del Mundial de Velocidad ya que su época de esplendor coincidió con la retirada de la competición de las principales marcas japonesas y europeas. Era todo un talento sobre dos y cuatro ruedas (el circuito de Brands Hatch ya patrocinaba en 1966 su Lotus) y cuando fallecíó en 1969. corría con Jawas sólo para conseguir dinero para financiar su carrera deportiva en coches. Paradojas del destino.
Texto: Mick Woollett
Adaptación: R. López
Extraido de Fórmula Moto.