Rossi va agotar su ultimo cartucho, hace unos dias el mismo Rossi dijo, quiero renovar para correr con yamaha en 2015-16, pero para eso debo ganarme el haciento en el 2014, y ncesitos nuevas motivaciones, los que me conocen saben que asi soy, vivo de reto.
Lo que nadie esperaba, al parecer ni el propio protagonista, es que este fin de semana se convirtiera en el último de Jeremy Burgess en el box de Valentino Rossi. Tras 14 años de perfecto matrimonio en armonía, tras siete títulos mundiales y después de convertirse en la pareja más exitosa de la historia del motociclismo, Rossi ha tomada la dura decisión de prescindir de su técnico de toda la vida, el mago que se sacaba unas décimas de la manga los domingos por la mañana en el warm up para que Valentino acabara ganando la carrera, el hombre que sabía que tornillo apretar para que la Honda o la Yamaha del 46 fuera más veloz que las motos de los rivales. Una sociedad indivisible, incomprensible el uno sin el otro, arrollada, atropellada ahora por fracasado paso, durante dos años, por Ducati y, sobre todo, por la conclusión a la que ha llegado el ‘Doctor’, que ha comprendido que algo tiene que cambiar para poder competir con Lorenzo, su compañero y máximo rival, y con Márquez y Pedrosa.
Era el fin de semana de los campeones españoles, pero hoy ha sido el día de Jeremy Burgess, que junto a Valentino ha ofrecido la rueda de prensa más multitudinaria que se recordaba en años, más incluso que cuando se anunció su fichaje por Ducati, un fichaje tras el cual Burgess acuño una frase que le ha terminado pasando factura. “Sólo necesitamos ocho segundos para mejorar esa moto”. No lo logró.
Burgess se ha enterado que Valentino iba a despedirle tras la carrera del domingo por la prensa, algo que no le ha sentado nada bien, pero Valentino ha querido, que menos, ofrecerle la posibilidad de decir la suya, de dar su versión y explayarse. El veterano mecánico australiano no ha querido hacer sangre, se ha mostrado sereno, algo emocionado y con la mirada perdida, como tratando comprender en qué momento y porque motivo le ha pasado esto a él, al hombre que hizo campeón a Gadner, a Doohan, a Rossi…
“No me esperaba esta decisión”, ha dicho sincero Burgess. “Ha sido una sorpresa, y lógicamente estoy un poco decepcionado. Esperaba terminar las dos temporadas de Yamaha con Valentino. Cuando ayer por la tarde me invitó a visitarle a su motorhome ya sabía que no iba a ser para nada positivo”, ha relatado un Burgess que tiene contrato firmado para el año próximo con Yamaha, que deberá indemnizarle por el despido.
Otra de las frases desafortunadas de Burgess fue aquella que dijo de que “hará falta un milagro para que Rossi vuelva a ganar”…, algo que no sentó demasiado bien al piloto y su entorno.
“Lo que quise decir con esa frase es que Valentino podía ganar de nuevo, pero que iba a ser un milagro que ganar el título en su primer año en Yamaha de nuevo, que primero debía volver a luchar por la victorias y los podios cada domingo. Ese era el sentido de la frase”, se ha disculpado el jefe de mecánicos, con palabras entrecortadas.
“En el mundo del deporte, cuando las cosas no van bien y el equipo está en dificultades se cambia al entrenador. Es una forma de probar de resolver problemas y tratar de llevar de nuevo a Valentino a los puestos punteros y a que sea competitivo”, ha explicado el australiano, para buscar sentido a su despido.
Burgess ha desmentido que hubiera tensión entre él y el piloto y ha admitido que “Valentino ha sido siempre directo y honesto conmigo. Me ha dicho lo que él quiere y ha puesto su futuro como prioridad. Cuando más mayor te haces, es más difícil mantenerte delante en las carreras. Este año hemos estado siempre más cerca de la quinta posición que de la tercera y hemos sido incapaces de corregir este problema. Tiene la moto adecuada para volver a ganar, aunque no lo tendrá tan fácil como hace unos años”.
Posiblemente, lo más elegante es que Valentino hubiera esperado a después de acabar el mundial para anunciar su decisión… “creo que el hecho de que Valentino me lo haya dicho rápidamente tras tomar la decisión, denota respeto y coraje. Creo que es mejor así que no haber llegado el domingo, habernos dado un abrazo y luego enterarme que no seguíamos juntos”, ha explicado.
La han planteado a Burgess si se había sentido, tras 14 años y siete mundiales, traicionado por Rossi. “Absolutamente no. Nuestros contratos son cortos y siempre garantizan una vía de salida a nuestro gusto. Siempre ha habido respeto entre nosotros. Si esta decisión le ayuda a encontrar un mejor nivel para competir, bienvenida sea. No creo que haya sido fácil para él tomar esta decisión. Ahora aún va a tener más presión encima”.
A Burgess le han pedido que le diera el último consejo a su pupilo de los últimos 14 años. “El lado del box de Lorenzo es la referencia. Si bate a Lorenzo, batirá también a las Honda”.
Burgess ha trabajado, durante muchos años, con un mismo equipo de mecánicos, ‘los australianos’, que ahora “quedan en un limbo. No nos lo esperábamos y ellos menos. Ahora Valentino se reunirá con ellos y les explicará la situación”.
La situación es muy sencilla. Tras una temporada trabajando, de nuevo, al lado del equipo de Jorge Lorenzo y Ramón Forcada, Rossi ha visto que las diferencias las marca el piloto, pero también la forma de trabajar, la intensidad, la entrega, las horas extra y la motivación. Pequeños detalles, pequeñas situaciones que han acabado convenciendo al italiano de que tras ganar tanto y durante tantos años, necesita un equipo nuevo, joven, motivado, y estimulante. El proceso de selección ha empezado, Marc Márquez recuperará el lunes a su ‘dream team’ de Moto2. Valentino busca ahora el suyo propio.
Ahora todo indica a que será Silvano Galbusera el técnico que sustituirá a Burgess. Italiano, empezó su carrera en Gilera, ha trabajado con Agostini, Kocinsky y últimamente con Melandri en Superbikes, según informa
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