Consejos al oído
Dani Pedrosa estrena ‘coach’ en el Mundial, su amigo expiloto Sete Gibernau, para dar un salto cualitativo
La Vanguardia 24 Mar 2017 TONI LÓPEZ JORDÀ
Primero fue Alberto Puig, su descubridor, mánager y hermano mayor, hasta que partieron peras a finales del 2013. Luego su amigo Raúl Jara, que duró una temporada como asistente personal. Posteriormente, su hermano Eric. Y este curso, tras un año sin asesor en el garaje, Dani Pedrosa ha incorporado como consejero espiritual –coach lo llaman ahora–, a Sete Gibernau, un viejo amigo de hace 14 años, de cuando compartían patrocinio de Movistar, Dani en 125cc y Sete en MotoGP. El dos veces subcampeón barcelonés, de 44 años, aportará su experiencia, sus 11 temporadas en la cilindrada reina (las mismas que lleva Dani), para que el de Castellar de un salto cualitativo y, quién sabe, encuentre lo que le falta para ser campeón.
Después de asistir a los últimos tests de pretemporada, Gibernau se estrenaba ayer en el primer libre del GP de Qatar. Es su regreso al Mundial 8 años después de abandonar el circo por la puerta de atrás, al retirarse su último equipo, el Onde 2000 del Pocero, por problemas financieros. Se apartó de las motos y de la vida pública, dedicado a sus negocios, y vuelve ahora a petición de Dani, pero a tiempo parcial. “No he tenido que convencer a Sete. Es una cuestión de sentimiento, tenemos buena amistad, congeniamos bien. Vendrá a los circuitos siempre que pueda, porque tiene otras ocupaciones, pero estoy contento de que esté aportando y de que estemos intercambiando sensaciones y opiniones para ir mejorando”, explica Pedrosa.
Para el piloto vallesano, de 31 años, en su 12.ª temporada en MotoGP, la aportación de Gibernau puede ser la última pócima que le falta para intentar asaltar de una vez la corona grande. Un título que se le ha resistido año tras otro. Tres veces fue segundo (2007, 2010, 2012) y el último curso fue el peor (6.º) tras ir perdido con una Honda que sólo acabó domando Márquez.
Para encarar el curso 2017 y darse un nuevo impulso, Pedrosa ha cambiado buena parte de su tripulación. Ha incorporado a un nuevo jefe de mecánicos, Giacomo Guidotti (ex de Scott Redding en Pramac), en sustitución de Ramón Aurin, al telemétrico David García y al mecánico George Jormin. Y Sete, de consejero de cabecera.
“La gracia de la combinación es juntar las dos mejores partes, intentar aprender de los errores de los dos, y buscar la mejor versión de lo que podría ser esa fusión”, explica Pedrosa sobre los aspectos que puede mejorar. “Un poco todo: a nivel técnico, mental, todo… No intentas mejorar sólo una cosa, sino ser un poquito mejor en cada área”. Filosofía Gibernau. Como la reflexión: “Cada carrera tiene unas partes que no controlamos, a veces no tienes el mejor día y eso cuenta”. En la locuacidad Pedrosa ya ha empezado a imbuirse del espíritu Sete.
Gibernau también dribla la concreción. “Le puedo aportar ilusión”, comenta a La Vanguardia. ¿Le faltaba ilusión a Pedrosa? “A todos, en momentos determinados, nos puede faltar ilusión, hay que alimentarla. Conozco mucho a Dani, tengo una empatía muy grande con él, yo le puse el apodo de piloto de titanio, por lo duro que era de pequeño, con un talento increíble”, recuerda Sete, partícipe ya del proyecto del 26.
“Me gustaría que ganase el Mundial, se merece más que nadie un título, pero sobre todo debe intentar ser feliz”, una de sus máximas. ¿En qué aspectos le puede ayudar? “En muchos que ya ponemos en práctica. Compartimos experiencias, conversamos mucho, para sacar lo mejor de cada uno y poder ponerlo todo en orden, darle unos instrumentos para hacer lo que debe hacer”, expone entre apretones y abrazos con la gente del paddock que acude a saludarle a la puerta del garaje de Repsol Honda.
Uno de los reencuentros fue con Valentino Rossi, su íntimo rival. “Nos hemos saludado con risas y buen rollo, ya pasó todo”, minimiza. “Estoy contento de verlo otra vez en el paddock, creo que puede ayudar mucho a Dani”, añade Rossi.
LAS EXPECTATIVAS DE PEDROSA
“La gracia de la combinación con Sete es juntar las dos mejores partes, aprender de los errores de los dos”
LA APORTACIÓN DE GIBERNAU
“Puedo aportarle ilusión, hay que alimentarla; y darle unos instrumentos para sacar lo mejor de cada uno”